Una mirada histórica al fenómeno inflacionario en Venezuela (Parte I)

Una mirada histórica al fenómeno inflacionario en Venezuela (Parte I)

Al hablar de inflación en general se habla de un aumento de los precios que se mide a través de un índice, que toma en cuenta la evolución del valor de una canasta de bienes y servicios básicos y el peso que estos rubros tienen dentro del gasto familiar. Para los venezolanos se trata de un tema cotidiano, ya que desde mediados de la década de los 70 las variaciones anuales de la inflación suelen alcanzar los dos dígitos. Sin embargo, es poco lo que el ciudadano común conoce sobre las causas de este fenómeno y sobre los factores reales que pueden ayudar a frenar su escalada.

De acuerdo con estudios del Banco Central de Venezuela publicados en 2002, este es el resumen de lo ocurrido en los años recientes.

  • Entre 1974-1978 la inflación promedio fue de 8,4%: En ese lapso se intenta dominar la inflación con controles de precios y el otorgamiento de subsidios, en un ambiente donde el fisco disponía de abundantes recursos.

  • Entre 1979-2001 la inflación promedio fue 32,6%: Este lapso se caracteriza por marchas y contramarchas, con importantes desequilibrios en distintas variables económicas, algunos de los cuales se traducen en incrementos de precios, donde hubo distintos regímenes cambiarios aplicados y tres programas de ajuste económico, coincidiendo los dos valores históricos más elevados de la inflación de ese período (81% y 103%) con los años en los que se aplicaron dos de los planes, 1989 y 1996.

El economista Pedro Palma explica:

“Desde mediados de los años setenta comenzó a registrarse una inflación creciente. Ello se debió, entre otras razones, a sostenidos aumentos de oferta monetaria que se producían por la implantación de políticas fiscales expansivas, mediante las cuales se inyectaban importantes cantidades de recursos a la economía”.

Se refiere a incrementos en la cantidad del dinero existente en la economía, es decir, a un mayor volumen de billetes y monedas emitidas como consecuencia de un mayor gasto.

“Esto era particularmente evidente en los períodos de bonanza petrolera, en los que tradicionalmente se implementaban políticas procíclicas de aumento de las erogaciones fiscales que estimulaban la demanda”.

En tiempos de aumento en los ingresos por exportaciones petroleras se elevaba el gasto público para fomentar la demanda, o lo que entendiendo como tal lo que los consumidores intentan adquirir en un momento determinado en bienes y servicios.

“Normalmente, esos períodos se caracterizaban por el mantenimiento de tipos de cambio fijos o anclados, que se traducían en apreciación real de la moneda, hasta desembocar en situaciones de crecientes sobrevaluaciones del bolívar”.

En el caso venezolano se mantenía congelada la paridad bolívar-dólar por largos períodos, a pesar de la inflación y de otros factores, con lo cual el dólar se hacía más barato en relación con el bolívar, esto afectó los flujos comerciales abaratando las importaciones y encareciendo las exportaciones.

“Ello, combinado con la abundante disponibilidad de petrodólares, estimulaba las importaciones, que complementaban la oferta interna de bienes, tradicionalmente constreñida por las limitaciones del aparato productivo”.

La abundancia de divisas provenientes del boom petrolero también incentivaba las importaciones en detrimento de la producción local.

“De esta forma se evitaban presiones alcistas de los precios, particularmente en el sector de transables. Sin embargo, las expansiones de la demanda hacían que el alza de los precios se manifestara con mayor fuerza en el sector de no transables, donde no existía la posibilidad de complementar la oferta interna con productos foráneos”.

Los bienes transables, o que pueden ser comprados y vendidos en el comercio exterior, mostraban una relativa estabilidad de precios debido a las crecientes importaciones estimuladas por la apreciación del tipo de cambio. Pero en el caso de los llamados bienes no transables (como viviendas o ciertos servicios, por ejemplo) los precios comenzaron a acelerarse sin que se les pudiera compensar con importaciones.

“Cuando sobrevenían las crisis, debido a la caída de los precios del petróleo y a la inexistencia de recursos previamente ahorrados para compensar la reducción de los ingresos, se producían aumentos de los precios internos debido a las inevitables devaluaciones”.

Esta relativa estabilidad de precios se sostenía por el aumento en los ingresos petroleros que se canalizaban hacia un mayor nivel de gasto. No se aprovechaba el excedente para el ahorro, por lo que al momento cuando se producían caídas de los precios del crudo el país era sorprendido sin recursos y sin posibilidad de sostener el esquema aplicado. Entonces las autoridades recurrían a la devaluación para corregir la brecha irreal entre el bolívar y el dólar, lo que terminaba generando presión sobre los precios en el país.

El proceso actual

Más recientemente, han influido sobre la aceleración inflacionaria diversos factores. Según Pedro Palma, se cuentan los siguientes:

  • El descomunal y creciente déficit público

  • Su financiamiento masivo por el Banco Central de Venezuela con dinero inorgánico

  • El hostigamiento gubernamental a la actividad económica privada

  • La imposición de controles desproporcionados de precios

  • La imposibilidad de acceder a las divisas

  • Las enormes deudas acumuladas con los proveedores externos

  • La supina ineficiencia de las empresas manejadas por el Estado

  • Las limitaciones para importar

http://200.74.197.130/Upload/Publicaciones/doc37.pdf

http://virtual.iesa.edu.ve/servicios/wordpress/wp-content/uploads/2016/04/Palma-infla-ene-mar-2016.pdf